La llegada de las redes sociales ha supuesto un cambio drástico en la manera en la cual nos comunicamos y nos relacionamos con nuestro entorno más inmediato. El hecho de que los perfiles sean personales y supuestamente inaccesibles para cualquier otra persona plantea una cuestión un tanto sombría: qué pasa con estos perfiles cuando una persona fallece? Se pueden eliminar los datos de un familiar o amigo que ha fallecido? Se puede autorizar a que alguien elimine nuestros perfiles una vez hayamos fallecido?
Lo primero que debemos saber es que el acceso a nuestro perfil es exclusivo nuestro, aunque en las principales redes sociales existen cláusulas por las cuales los proveedores del servicio pueden autorizar a otras personas a dichos datos. Por ejemplo, siempre que un juez lo solicite se podrá acceder a estos datos. En algunas de ellas se permite que el propietario del perfil de el consentimiento a un tercero para que acceda a él.
Otro factor a tener en cuenta es el tiempo preestablecido para que la red social desactive una cuenta. En cada caso es diferente. Por ejemplo Twitter establece 6 meses de inactividad para clausurar una cuenta, mientras que Linkedin no la clausura hasta que no se informe del fallecimiento. Google establece por defecto 9 meses de inactividad, aun que el usuario puede editar este plazo. También da de baja el perfil si se informa. Facebook también elimina la cuenta si se informa o bien si se convierte en un perfil conmemorativo.
Un perfil conmemorativo es una opción que por ahora permite Facebook. Se presenta como un lugar donde honrar la memoria de una persona fallecida. Tras un periodo prudencial se permite desactivar el perfil o bien pasarlo a conmemorativo, de manera que se mantendrá la privacidad hacia los allegados. Lo curioso de esta opción es que si empezamos a usarla para todos los allegados que dispongan de una cuenta, llegará un momento en el cual los usuarios fallecidos superarán a los usuarios vivos.
También crea controversia el nombre de usuario. Mientras que redes como Twitter y Google no permiten que se reutilicen los nombres, Facebook y Linkedin dejan disponible el nombre de usuario una vez la cuenta ha sido eliminada.
Por último, no está de más saber los requisitos que nos pone cada red social a la hora de dar de baja la cuenta de un familiar o amigo. La que menos condiciones nos pide es Facebook, que solamente pide una prueba de que somos un familiar directo del fallecido. El resto son un poco más exigentes y nos exigen el certificado de defunción. Twitter, además de dicho documento nos pide que certifiquemos nuestra identidad. Google pide el certificado y un mail con el encabezado completo y contenido de la cuenta de correo electrónico a eliminar. Y la más exigente es Linkedin, que nos pide el mismo documento, nuestro nombre y relación con el fallecido, empresa para la que trabajó, enlace al perfil y la dirección de correo electrónico.
No es una mala idea tener almacenadas en algún lugar seguro las contraseñas de acceso a estas redes sociales y que alguna persona de nuestra total confianza sepa cómo puede acceder a ellas. De esta manera se podrán eliminar los perfiles en el caso de defunción sin tener que recurrir a los proveedores de servicio.
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